sábado, 26 de febrero de 2011

Oye Chico - Villa Carlos Paz (Córdoba, Argentina)

Siguiendo la serie de Laury y Alfred en Córdoba, esta vez le toca el turno a un restaurant Cubano que de cubano no tiene nada, pero dejemos la subjetividad para las críticas de nuestros comensales.
Oye Chico es un restaurant-bar de moda en Villa Carlos Paz, ofrece espectáculos de música y baile con ritmo latino los fines de semana. Físicamente es un lugar que posee la mayor cantidad de mesas al aire libre con un pequeño sector VIP cubierto al cual tuvimos el agrado de acceder. El mismo se encuentra sobre Avenida Costanera al 1150 en Villa Carlos Paz frente al Lago San Roque.
Curiosamente en el medio del restaurant se encuentra una isla donde se ofrece sushi.

Alfred
Oye Chico es uno de esos lugares que tratamos de evitar pero que son necesarios visitar para poder fundamentar la crítica y tener credibilidad frente a los lectores.

Fuimos un Sábado a la noche, por lo que el lugar estaba casi completo, me asombré al llegar a la puerta (o mejor dicho entrada, ya que el lugar es prácticamente al aire libre y carece de puerta) y ver que había una cadena cerrando el paso, custodiada por la hoster del restaurant, la cual permitía o no ingresar como si se tratara de un boliche. Como no teníamos reserva, la hoster con cara de "mmm veamos que conseguimos" nos indica que tenía una mesa al aire libre, en una especie de escenario en altura. Al ver la cara de insatisfacción de Laury, nos ofrece otra mesa afuera, pero no somos fáciles de acomodar asi que terminaron asignándonos una mesa en el VIP, único lugar cerrado donde no se sufre del frío, insectos y del pésimo show que empezaría más tarde.

La mesa era para dos, chica pero cómoda, con vista al centro del restaurant y a la isla de sushi. La iluminación era tenue, adecuada y lo único molesto era una columna al lado de nuestra mesa que los mozos tenían que esquivar, lo cual desviaba nuestra atención que se centraba en ver si se les caía o no las cosas de las manos al realizar las maniobras evasivas.

La atención como estamos acostumbrados en este tipo de lugares no existía y debíamos estar nosotros atentos a los mozos en vez de ellos a los comensales.

Con respecto a la comida fué un asombro, la carta carecía de comida cubana aunque parezca increíble. Minutas, picadas, pizzas, ¡hasta sushi! pero nada de comida cubana si sacamos la picada Oye Chico (que fué la que pedimos) que supuestamente es una degustación de comida cubana. Yo pedí un Mojito para tomar, me hubiera gustado decir que al menos los tragos se preparan bien, pero no es el caso. No hay mucho que agregar con respecto a la comida, cantidad adecuada pero un dejo de falta de preparación y dedicación en la creación de sabores.

El espectáculo merece un párrafo aparte, y es porque fué lo que hizo que nos levantemos y salgamos corriendo del lugar. Música muy fuerte, con un señor con acento cubano gritando e intentando cantar. Sin embargo tengo que rescatar que fué divertido gracias a la ubicación que teníamos, el espectáculo de ciertas personas que se prendieron al show, bailando y haciendo las monerías que el señor indicaba por medio del micrófono.

Oye Chico es uno de esos lugares que nosotros no recomendamos, pero que es elegido por muchas personas por alguna razón fuera de nuestro entendimiento. Si desean ser mal atendidos, no les importa lo que comen, no les molesta el ruido fuerte y carecen de verguenza ajena, tienen un lugar más para agregar a la lista.


Laury
Oye chico se promociona como un un bar y restó cubano, pero al visitarlo uno se da cuenta que sólo de cubano tienen... los mozos! (que sí son cubanos).
Llegamos a este lugar buscando comer sushi porque aunque suene increíble no encontramos en Villa Carlos Paz ningún lugar para comer sushi salvo Oye Chico que tiene dentro a Sushi Point, una especie de isla donde se prepara sushi.

La atención fue mala desde que ingresamos al lugar, en la entrada hay una cadena y una chica en la puerta de estilo "promotora", esto ya nos pareció raro, dado que daba la sensación de estar ingresando a un boliche. Nos consultaron si teníamos reserva y ante nuestra negativa, nos iban ofreciendo posibles mesas, desde la peor (al lado de la pantalla gigante) hasta que, debido a mis malas caras ante las opciones propuestas, nos ofrecieron ingresar al "vip". Este sector tenía poco y nada de vip, solo algunos sillones blancos y dos mozos sólo para este sector. Como era de esperar, la atención por parte del mozo fué mala, limitada a tomar el pedido y traer los mismos tardando bastante más de la cuenta. Este sector vip era frecuentado constantemente por el dueño del lugar pero no con fines de "supervisión" sino ayudando a los 2 mozos a acomodar a los nuevos comensales que llegaban a este sector (debido a que el lugar era bastante pequeño, las sillas las pasaron sobre mi cabeza para "meter" mas gente).

Vayamos a la comida, la mezcla entre comida cubana y sushi sonaba de antemano extraño si bien terminamos no probando el sushi tampoco probamos la comida cubana... sencillamente porque ¡no había ningún plato cubano en la carta! Si, leyeron bien, un restó cubano que no tiene comida cubana. Nuestra sorpresa fue tal que consultamos con el mozo, por las dudas que hubiese otra carta "especial" con dichos platos y la respuesta del mozo fue la confirmación del fiasco del lugar; nos dijo que en realidad los platos tenian "nombres cubanos". Sólo tenían en la carta una tabla que traía muestras de algunos platos típicos. Si bien la tabla tenía algunos sabores cubanos, era bastante pobre y sin mucha gracia.

Intentamos pidiendo un trago,  dado que pensamos "quizás el fuerte no es la comida pero si se lucen con los tragos", pedimos un mojito, pero tampoco hubo caso. Ahí descubri también por el perfil de clientes que había en el lugar, que este era el tipico "restó" de onda y que no ofrecía nada más allá de eso.
Pero el momento cúlmine llegó con el "show", un cubano que animaba con un micrófono haciendo chistes machistas y con poca gracia pero que la gente festejaba a doquier, luego algunos pasos de baile y eso fué todo.
Al salir del lugar y para mi sorpresa, había cola de adolescentes y jóvenes haciendo cola para ingresar.
En conclusión, mi sensación desde que ingresé fue de incomodidad, es de esos lugares totalmente "olvidables" en todo sentido.

Échale Chimi - Villa Carlos Paz (Córdoba, Argentina)

Parte de los cuatro comensales estuvieron en Córdoba (Laury y Alfred), y si bien decidieron estar alejados de la civilización, donde la oferta gastronómica es poco variada y de difícil acceso, pudieron acercarse de vez en cuando a alguna ciudad y encontrar algún que otro restaurant digno de aparecer en este blog.
Échale Chimi es un restaurant mexicano que se encuentra en Villa Carlos Paz en la provincia de Córdoba. Como ya es costumbre en nosotros, caímos en este lugar por suerte/casualidad/causalidad/destino o como prefieran llamarlo. El restaurant se encuentra en Av. Uruguay al 750 y es un local de generosas proporciones, con buena iluminación y agradable decoración. Pero lo importante y la idea de este blog es que cada uno de los comensales dé su opinión desde su punto de vista, por lo que vamos a las críticas de cada uno:

Alfred
Debido al mal clima que había en las sierras, decidimos ir por el fin de semana a Villa Carlos Paz para tener algunas actividades recreativas para hacer en días de lluvia. Nos alojamos en un hotel alejado del centro y esa misma noche debido a la falta de buena comida (ya estábamos cansados del lomito, minutas y pizza) decidimos salir a buscar algún restaurant. Como es habitual en la mayoría de los hoteles, en la recepción se pueden encontrar folletos de lugares y actividades para hacer en la ciudad, usualmente no son los mejores lugares para visitar pero igualmente decidimos probar con un restaurant mexicano cuyo nombre no recuerdo.
Luego de preguntar a la gente local si era posible ir caminando, nos pusimos en marcha y caminamos unas diez cuadras hasta llegar al lugar. Fué curioso, porque en la misma cuadra habían dos restaurants mexicanos, uno parecía más de comidas al paso (el que buscábamos) y el otro visualmente prometía ser un lugar para pasar un buen rato y disfrutar de una buena comida y atención, éste último lugar era Échale Chimi.
Sin duda nuestro sexto sentido no nos falló y pasamos un muy buen rato, con excelente atención y una deliciosa comida mexicana.

El look del lugar es el de un restó moderno, con una tenue pero muy buena iluminación para ver lo que se está comiendo. La separación de las mesas es ideal al igual que la de los boxes. Posee una sección con sillones, separada del resto por si se desea tener intimidad en esas primeras salidas de pareja que todos hemos tenido. Si lo desean y el clima está de nuestro lado, se puede optar por alguna mesa al aire libre pero éstas se encuentran del lado de la fachada del lugar, por lo que da a la avenida Uruguay con la desventaja de tener un tráfico moderado con la contaminación visual y auditiva que no buscamos en un lugar como éstos.

Los baños se encuentran en la parte de atrás del lugar, a los cuales se acceden saliendo por un pasillo y bajando por unas escaleras. Si bien el acceso es raro, me gusta que los baños estén bien alejados de las mesas por lo que suma varios puntos. Los mismos son chicos, completos (agua, jabón y toallas de papel), bastante adecuados y limpios, no hay lujos pero cumplen su función perfectamente.

La atención de la camarera (Luisa) fué excelente, siempre atenta y pendiente de las necesidades de las mesas. Como un plus (ya que para mí esto no influye en la calificación de la atención) derrochaba simpatía y nos aconsejó sobre varios lugares para visitar. Uno de los puntos más importantes de un restaurant debe ser la atención, hoy en día estamos mal acostrumbrados a recibir una atención mediocre o de mala gana y eso hace que la experiencia de comer afuera no sea tan buena y agradable.

Ahora vamos a una de las cosas más importantes y por lo que todas las sensaciones y detalles anteriormente expuestos se juntan para poder disfrutar de: la comida.
No voy a saltear este detalle ya que de lo contrario sería imposible explicar cómo comimos tres platos diferentes, y eso es porque fuimos tres veces a este lugar.
El primer día comimos Fajitas "Requeteguey" las cuales consisten en seis tortillas caseras para armar (lo siento pero no son de harina de maíz) y una fuente de hierro caliente con carne de res, cerdo y pollo, ajíes de todos los colores y cebolla, muy bien servida y gran cantidad. Un plato con seis salsas diferentes (picantes como corresponde algunas) para acompañar en su medida justa, con el picante justo para paladares entrenados y no entrenados.
En el día dos, pedimos Fajitas "Chupacabras", las cuales consisten en seis tortillas caseras iguales a las Requeteguey pero con una especie de revuelto con queso de carne de pollo, champignones, cebolla y ajíes y las mismas salsas que el plato anterior, un plato que abandona lo tradicional pero delicioso y con texturas interesantes.
El último día pedimos fajitas al plato, ya armadas y rellenas de carne de cerdo con ananá y especias varias, una opción agridulce bien tropical muy sabrosa y original en la comida mexicana.

Resumiendo, una opción excelente en Carlos Paz para comer bien, pasar un buen rato en pareja o con amigos y disfrutar de platos mexicanos tradicionales y no tanto, donde la experiencia general deja la sensación de querer volver y recomendarlo a otros comensales.


Laury 
Échale Chimi es uno de esos lugares que combinan, en mi opinión, todo lo que tiene que tener un buen restaurante.

Se trata de un restó mexicano que también ofrece otros platos (en nuestro caso hemos probado sólo los mexicanos) en un ambiente agradable y tranquilo.
Para empezar, los platos son realmente 100% sabor mexicano y lo aclaro porque hay cada vez más restaurantes mexicanos pero que de mexicano tienen poco o nada. Los platos que hemos probado son excelentes en cuanto a sabor, originalidad, presentacion y cantidad.
Otro punto a destacar es la atencion de los mozos, esto merece un párrafo aparte, pocas veces la atención en un restó que no tiene las caracteristicas de un restaurante tradicional es tan buena. Asesoramiento, buena onda, predisposición, realmente un 10 en este punto!.
Por último, la ambientacion del lugar es tambien muy agradable, bien decorado y con buena música de fondo (a traves de LCD con DVD)  excepto por el de Serrat/ Sabina que particularmente no es de mi agrado.
En síntesis, muy buena relación precio/calidad, excelente atención y platos muy sabrosos, sencillamente para recomendar.

¿Quiénes son los cuatro comensales?

Si hay algo que nos identifica es la diferencia de criterios y opiniones que tenemos los cuatro. Aún así nos llevamos bien y podemos visitar los mismos restaurants y compartir buenas comidas entre todos.
Forman parte de los cuatro comensales:
Anabella, Laura, Lucho y quien les escribe: Alfred.